Sitio específico - Mercedem Folium

Sitio específico: proyecto personal surgido a partir de un residencia artística en el barrio de la Merced, Casa Talavera. (Algunos de estos resultados han sido producto de largas discusiones con los otros dos residentes; Paola Cabrera y Jorge Villanueva)

10.30.2006

Modelos

Ejercicios realizados con el perfil tubular que usan los comerciantes para montar sus puestos. Éstos de acá son propuestas personales (dos de ellas completadas en edición digital) que tienen la intención de no ceñirse a un uso determinado, incluso que resultarían estorbosas al ser movidas por el barrio, pero que dan fe de las posibilidades de transformación, según el número de piezas que se usen. El lugar donde fijo la mirada es en las posibilidades de intercambio simbólico entre utilidad y belleza. Por ejemplo, las llantas en las partes altas de la estruructura cumplen una función de ornato. Al ser cambiada de posición, éstas regresan a su función utilitaria. Alguna vez el poeta Ricardo Yañez comentó algo acerca de esto: colocar la belleza en el pedestal de la utilidad, y la utilidad en el pedestal de la belleza







10.26.2006

Derivación

Tomando como base el auto-puesto que se construirá colectivamente, planteo una pieza individual que completaría mi trabajo en el sitio específico.

Se trata de la construcción de piezas coyunturales, pues no me es significativo centrar mi mirada en el objeto terminado, sino en las posibilidades que éste tenga para mutar en cosas diversas. Y lo que hace posible que estas construcciones sean mutantes son los nodos, las articulaciones entre tubo y tubo, entre parte y parte, entre diablito y diablito.

Pienso en la importancia que tienen las preposiciones en el lenguaje. Sin ellas el sentido no sería posible: origen, procedencia, destino, dirección, lugar, medio, punto de partida, motivo, etc. Las coyunturas, entonces, intentarán solucionar problemas espaciales y de movimiento como las preposiciones solucionan disyuntivas en la construcción de sentido (idea que parte de la reinterpretación de un texto que publiqué en la ahora extinta revista electrónica Carpanta de la extraña y furtiva escritora Susana Solari ).

Para ello converso ya con distintos herreros de la zona, que me sugieren modelos específicos y costos mínimos de producción, pues la intención es promocionar las piezas entre los vendedores del lugar mediante la repartición de instrucciones que especifiquen el método para su fabricación. Junto a estos manuales distribuiré también representaciones gráficas de posibles estructuras -que no necesariamente serán utilitarias-, y en las cuales indicaré en qué lugares de ellas he usado la pieza.

La idea es introducir modelos que puedan ser eventualmente adoptados por la comunidad (los herreros podrían sugerir nuevos usos de los diablitos, por ejemplo, con lo que la demanda de las piezas se incrementaría).

Artista como productor

17. Ni al margen del Estado ni al margen del mercado, el trabajo que realiza el productor artístico se sitúa en la órbita de cualquier otra actividad, de la actividad que sea. Es, como todo el resto del trabajo que realizan cualesquiera otros ciudadanos, una mera actividad productiva y su espacio de inscripción no es otro que el dominio público, el espacio social, definido por los actos de intercambio. Nos guste o no, en las sociedades actuales este espacio se encuentra exhaustivamente prefigurado por la actividad económico-productiva, bajo cuya administración se decide la forma reglada de todo intercambio social.
...
25. Si las nuevas sociedades pueden hoy ser definidas como sociedades del trabajo inmaterial, sociedades del conocimiento, hay que reconocer entonces que a las prácticas de producción simbólica -a las actividades orientadas a la producción, transmisión y circulación en el dominio público de los afectos y los conceptos (los deseos y los significados, los pensamientos y las pasiones)- les incumbe en ellas un papel protagonista, absoluta y seriamente prioritario. El artista como productor ya no opera en ellas como una figura simbólico-totémica, sino como un genuino participante en los intercambios sociales de producción intelectual y producción deseante.
La Société Anonyme / Redefinición de las prácticas artísticas

10.21.2006

Notas que coinciden

Notas de otro blog que hice durante el 2005 y que me pareció interesante colocar aquí:

Rectas I.- Estructuras rectilíneas en las ciudades; la mirada ahí parece no tener obstáculo. Esa noción de limpieza, de reticencia está, por supuesto, repleta de errores que no son declarados. Es el intento de la invisibilidad del mal de la que habla Baudrillard: todo está ahí conformado para no hacer notar que su lógica está repleta de baches ocultos. La normalidad es esa sencillez supuesta, mezquina, hegemónica. Todo habitante de un lugar similar está claramente formado: no sabe hablar, no sabe decir nada interesante y todo su diálogo pervive en el ensalzamiento del cliché, en la repetición automática de lo que a duras penas ha alcanzado a comprender y en el esfuerzo para aparentar inteligencia. Rectas que le sugieren al hombre-máquina los caminos que debe seguir y en los que toda sinuosidad es sospechosa. Pueden estar hablando del procedimiento para hacer una salsa o de las nuevas leyes arancelarias en Indonesia; pueden dolerse del sufrimiento ajeno e incluso del ave que degluten. Su atención está puesta en jamás declarar su propia falta y confiar en que los otros les crean, con el menor esfuerzo posible. Acostumbrados a mentir, la sugerencia de cualquier secreto develado les aterra, pues nunca saben en qué momento la acumulación de simulaciones irá a salir entera, por muy pequeña que pueda ser la verdad recién descubierta.

Rectas II.- Pienso en la curvatura que necesita una vereda para hacerte pensar que vas en línea recta, siendo que te hace caminar en círculos. Que ni la intuición sea capaz de percibir que te diriges hacia el mismo lugar del que partiste. Sin embargo, no muy larga ni cansada de recorrer. Quizá dependerá no tanto de la curvatura, como del vehículo que te conduce o el alto de las paredes que te rodean. Por ejemplo, esos nuevos vagones del metro. En ellos percibes cuándo la dirección en la que va es curva y cuándo es en recta, a causa de que la distancia entre el lugar en el que te encuentras y cualquiera de los extremos es mayor que en el de los viejos trenes conformados por vagones independientes. Es decir: depende de dónde te obligue a poner la vista quien construye las opciones de movimiento. Ahí la diferencia es simple, pues depende del tamaño de cada vagón. Pero ¿cómo hacerlo en el caso de que tu espacio sea abierto y tu mirada no tenga límites?

La vida errante.- "...de diversas maneras, ya sea presentado como valor expuesto, exotérico, o desempeñando un papel secreto, esotérico, el impulso de la vida errante es uno de los polos esenciales de toda estructura social. Es el deseo de rebelión contra la definición de funciones, contra la división del trabajo, contra una especialización exacerbada que convierte a todo el mundo en un simple engrane de esa máquina industriosa que es la sociedad. Es entonces cuando se expresa un ocio necesario, la importancia de la vacuidad y del no actuar en el andar humano."
El nomadismo. Michel Maffesoli.

El zorro.- El zorro tiene una curiosa manera de quitarse las pulgas. De una planta de algodón, toma un trozo y con él se dirige a un lago. Poco a poco se sumerge en él de atrás para adelante. Las pulgas al sentir el agua, comienzan a emigrar hacia la parte todavía seca del zorro. Cuando éste ya se ha sumergido por completo, justo cuando la punta del hocico desaparece de la superficie, el zorro suelta el algodón. Las pulgas que no han quedado en el agua, permanecen desde ese momento en su nuevo continente, a la deriva.

10.20.2006

No es coincidencia..

En París del s. XIX... "La planificación de Hausmann, tan racional como cínicamente burguesa, no deja de sucitar hoy admiración, aunque nos repugnen éticamente sus razones: 1º desplaza al proletariado urbano (que como descendiente degradado de los viejos gremios ahora sin sentido productivo, seguía habitando el casco histórico) a la periferia; 2º coloca las fábricas e industrias en el extrarradio, de modo que los obreros (los expulsados del centro) vivían literalmente a pie de obra, con lo cual se consigue aumento en la productividad (el suburbio se hace a la vez cinturón industrial y barriada obrera) y se logra a la vez habilitar el espacio central, adecentado y articulado por bulevares y avenidas, para la burguesía trinfante, segura de que no va a encontarse con la plebe (salvo en los desdichados casos de reconversión de algunos de sus miembros en delincuentes o mendigos); 3º esas mismas vías sirven para que la policía (o en casos extremos, el ejército) acuda rápidamente a la periferia para sofocar cualquier insurrección del populacho"
Felix Duque

10.17.2006

Radio Aguilita

A veces sorprende que lo más sencillo sea a la vez lo más efectivo. Los colaboradores del proyecto "Radio Aguilita" colocan un micrófono y unas bocinas en una plaza de la Merced (plaza Aguilita) e inician transmisiones temprano todos los miércoles. Hacen entrevistas e invitan a creadores para que usen la zona como espacio de presentación. Llaman también a los que pasan por ahí para que digan lo que quieran. Aparentemente la gente no hace mucho caso, pero si uno se fija bien, siempre hay escuchas ocultos entre la sombra, acurrucados en los límites del lugar. Ahí están y ahí se quedan. De vez en cuando -más a menudo de lo que uno imaginaría- se acercan creadores de la zona. Una vez, como suma extrema de la mezcla pluricultural de la Merced, llegó a pedir el micrófono una Paquita la del Barrio en versión TV, que fue el deleite de un público conformado en su mayoría por hombres y mujeres de la tercera edad que acababan de celebrar una misa en el lugar. Luego de una dosis extrema de redención, algo del pecado licencioso de la ambigüedad con cantos en contra de los hombres malpagadores.

Las fotos de acá son de un cantante que llegó con todo y música de pista, a interpretar unos corridos. Y lo hizo bien, con camisa de Gran Prix centelleando a plena luz del mediodía. Además de eso, el hombre vendía unos juguetes buenísimos que usan el aire para mantener en suspenso una pelota de unicel. Una ilusión que dura lo que el aire en los pulmones.


Ejercicios


Tierras extrañas

10.15.2006

Grupos II

Porque pasa como en las familias disfuncionales; si cada quien tiene el deseo irrefrenable de juzgar a los otros según sus aprensiones y prejuicios, difícil que se puedan salvar hasta las más mínimas dificultades. Lo arbóreo, digamos, la genealogía que cada uno carga pesa sobre los hombros más de lo que parece. Heredamos una forma de negociar, estrategias para ser aceptados y tácticas complejas para enfrentarnos a los otros, para apuntalar la identidad. Sobre todo ahora que toda enseñanza se construye sobre el pretexto reduccionista de lo ingenioso, de lo productivo, de lo creativo, lo que aparentemente nos salva, en realidad nos hunde. Probablemente porque todo aprendizaje nacido de un origen así no pueda permitir otras formas de ponerse de pié frente al mundo. Por eso, quizá, una comunidad dinámica pueda, sí, fijar un centro de interés, algo que brinde un eje al que se podrá regresar o no, para luego moverse con otro métodos o, incluso, sin método. Se trata del rizoma del que hablan Deleuze y Guattari. Todos los pedazos, los entrecruzamientos, los fragmentos pueden conducir a lugares significativos.
El fenómeno grupal en las artes, pues, tiene esas dos vertientes: o el colectivo se comporta como una estructura cerrada con reglas fijas, admoniciones y juicios de valor axiomáticos (que por supuesto sirven como, digamos, sirven las reglas en un ejército que va a la guerra o en una mafia); o por el contrario permite una liberación del movimiento, al acceder a que los significados se multipliquen para dejar atrás las clasificaciones simplificadoras que brindan una ilusión de que las cosas deben ser de una manera determinada. La diferencia radica en el viejo problema del deber ser y del ser. Y si lo que se desea en un grupo es justamente liberar espacios de interpretación, plantear la existencia de territorios simbólicos imprecisos, recuperar para la cultura situaciones que se han dejado de lado, debe plantear modos abiertos de trabajo que permitan diseminar las posibildades de la diversidad de discursos, para intentar a la vez no normalizar, normar, pues, criterios que sólo son reacciones aprendidas respecto a los distintos escenarios de poder dentro de los cuales nos educaron.

Blogs

Excelentes Blogs dedicados al arte público; recorridos, intervenciones, situacionismo, teoría crítica, etc. De Álvaro Moreno Hoffman:

10.13.2006

El perro

Breve entrevista en video al colectivo de arte público El Perro. Se dice: somos autocríticos, criticamos a la comunidad y al estado de cosas en los cuales estamos insertos.

http://www.youtube.com/watch?v=aoLNXY7DXpY

10.10.2006

Pliegues

(...) la forma es intrínseca alteración, mutabilidad o corrupción: la mesa se particulariza en la multiplicidad de mesas irreductibles al molde; la forma se deforma sin salir de sí y sólo en tal deformación alcanza su verdad, es decir, su estabilidad.
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(...) el artista que, más allá de la mera iteración de lo ya dado, apunte a recrear lo originario (...) erraría su trayectoria complaciéndose en las situaciones regulares. Erraría desde luego el escultor que en sus construcciones aceptara sin reservas la aparente unicidad del ángulo recto (...) Nos referimos a la representación de pliegues, eco de los contemplados bajo la forma perturbada en una materia dada (...)

Víctor Gómez Pin / El drama de la ciudad ideal


Diablo Car camuflaje


10.05.2006

La carne al asador

Camino por ahí y me encuentro con esto, reencontrándome con el grande-pequeño Luther Blissett. Voy a un café internet y lo pongo acá. Soy obsesivo:
"Que el mundo esté tan lleno de mierda puede ser una buena razón para sumirnos en un estado de lobotomía creativa que a la larga sería revolucionaria, pero no es esto lo que subyace a esta movilización desde el punto de vista de su oportunidad histórica. La crisis de la representación que empieza a minar ya el ámbito de lo político hace tiempo que afecta al intelectual/artista directamente en su quehacer. El pasivismo es inviable en la actual circunstancia: nadie necesita al artista comprometido, ni él está en disposición de salvar a nadie. Su insustancialidad es la del individuo frente a la cifra, física y no ideológica. Si quiere preservar espacios de existencia debe conquistar espacios de expresión y desplazar las mediaciones que lo convierten en bufón y en anécdota. Dichos espacios se hallan no en el adoctrinamiento ni en la sumisión a las masas, sino en el aporte de materiales y en el tratamiento cualificado de los mismos en la construcción de una realidad social interactiva y difusa."

Tantas propuestas

Ah. Sonidos maquinales manipulados por viejos exluditas. Autos con adornos puestos ahí intuitivamente por seres como frente al monolito de Kubrick. Danzas aéreas que nacen de la nada. Mil formas, mil colores mezclados todos; resumen de las pesadillas de los habitantes de un lugar. Y cien canciones de belleza inigualable. Cien juegos posibles junto al ahora ya tímido pollockiano azotando sus residuos corporales frente al lienzo, como esos monos hacían con bolsas de pintura en aquel episodio de Batman; la belleza de la iniciativa animal. Pronto, pronto, pronto. Di qué más. Y papeles que caen de las azoteas sin que nadie sepa quién los ha lanzado, y pedazos de realidad con los que se construirán nuevas ciudades y una acción con niños en la que se no se les pida nada con la esperanza de recuperar la inocencia que no fuimos capaces de retener. Qué más, qué más. Intercambio de cartas por los métodos menos comunes. Dejar sobres y plumas por ahí para que quien desee disculparse con el vecino, no pierda más tiempo. Embellecer la tristeza con todas las bromas que se nos ocurran. Saltar emocionados, hacer que ellos salten emocionados ocultando todos esos pensamientos que no deberían estar ahí. Refugio ciego para videntes.
- Pero, ¿para qué?...
- Ah. No lo sabemos.

10.03.2006

Propuestas

Se planteó, como ejercicio colectivo, proponer bocetos para una estructura móvil que tuviera distintas funciones. Estos fueron los míos -ideas surgidas, por supuesto, con base en conversaciones sostenidas entre los tres integrantes-. Toman como patrón los carros de carga, o diablitos, que se usan en la Merced para transportar mercancía. Pueden utilizarse como puestos ambulantes, como estructuras para juegos de tiro al blanco, como dormitorios, como tarimas para sonideros o, incluso, como galerías ambulantes. Pueden ser rodados con base en varios ángulos, por lo que las llantas están colocadas en distintas partes de la estructura. Se pretende fusionar los modelos de cada quien y llegar a una solución colectiva. Se trata de vehículos que se adaptarán a distintos usos, según las necesidades del ambiente en el que se coloquen.



Uno más animado


10.01.2006

Diableros

Como la cosa de los acuerdos va lenta, y yo cada vez estoy más entrado con lo que pasa afuera -quizá cada quién está preocupado de manera individual por ello-, y un poco desesperado al ver que el trabajo avanza muy poco a poco, he optado por dar algunos paseos por el mercado y las calles aledañas los días en los que no hay reuniones grupales -no puedo comprender cómo no nos hemos prestado como colectivo a ir a conversar con la gente, la forma más creativa y antigua de enterarse de lo que le pasa a otro. ¿No tendrá que ver con el temor a mezclarse y con ello desdibujar la identidad de artistillas que nos cargamos? En fin...-.
La sensación luego de una hora de andar por ahí es extraña, porque después de un rato todo toma un carácter distinto. Quizá sea que el calor, la cantidad de gente, de sonidos, de imágenes diversas, le embotan a uno el ánimo. Y sin embargo, a veces creo que esa puede ser la mejor manera de comprender la naturaleza de un lugar, pues cuando tus defensas caen por agotamiento, sucede que percibes de otra forma lo que pasa en el contexto. Comienzas a necesitar contacto, algo que te dé señales sobre un espacio que dejas de entender si te atienes a tus propios referentes.
Así llegué a conversar con algunos diableros de la zona. Al principio desconfiados, sólo soltaron prenda cuando uno de los líderes solucionó que yo no iba sino a platicar con ellos. Les hablé, por supuesto, del proyecto. Entonces todo lo contrario; amables, bromistas, tranquilos, me trataron como a alguien que si bien no pertenecía a su grupo, no tenían por qué atender de manera sumisa o agresiva. En la estratificación comercial de la zona, los diableros son gente sin privilegios. No poseen sino su diablito y su fuerza. Niños, ex-teporochos, viejos, gente recién llegada a la ciudad. Y a pesar de esto, parecen ser personas alegres y con una especie de conciencia de autonomía.
Hablamos acerca de cualquier cosa; el trabajo flojo, la chinga que representa la baja en las ventas para todos y el calor. Creo que también me alburearon sin que me diera bien cuenta. Quedé de regresar con ellos para seguir conversando. Aquí estamos, cuando quieras -dijo uno de ellos.