Sitio específico - Mercedem Folium

Sitio específico: proyecto personal surgido a partir de un residencia artística en el barrio de la Merced, Casa Talavera. (Algunos de estos resultados han sido producto de largas discusiones con los otros dos residentes; Paola Cabrera y Jorge Villanueva)

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Nombre: César Cortés
Ubicación: Mexico

12.15.2006

Colectivismo e intersubjetividad

Es cierto que cada quien define la experiencia colectiva según un ángulo individual. Lo que para algunos pueden ser aportaciones individualistas encaminadas a la construcción de entidades colectivas desde lo privado con miras en el desarrollo, para otros significa segregación y ceguera ante la diferencia. ¿Qué se desea recuperar en el llamado colectivismo? Una condición que integre la experiencia de los otros. Pero esto es muy vago, porque cualquier diferencia en la comunidad implicaría un ejercicio personal de los privilegios. La tentación hacia la libre competencia. Si algunos otros me han concedido esa distinción, si es notorio para ellos que yo poseo cualidades especiales, entonces esto debe traducirse en algo que me identifique, que integre una identidad presentable para quien no se ha dado cuenta aún. Sobre todo en los términos de quien supone que merece una mirada especial, esto pesa muchísimo, porque o encuentra en el exterior la constatación de que eso que sus círculo más cercano determinó en un inicio es lo que en efecto posee, o la confusión acude a él de inmediato. Por supuesto, a la vez una moralización exacerbada que le devuelva seguridad como sujeto. ¿No está fundado ahí el odio hacia lo ajeno? No deseo lo "otro", porque es lo "otro" lo que debería desear lo que yo poseo.
Un colectivismo encaminado a eliminar esas diferencias, no podría llegar sino al fracaso, en la medida en la que fuera incapaz de lidiar con la frustración del que debe renunciar a sí mismo en el intento de integrarse. Sobre todo en comunidades que premian a los individios en los términos de una especie de heroismo que es arrastrado desde el pensamiento clásico, habrá siempre los desplazados, los no integrados, los que no son tomados en cuenta. La solución parcial que el pensamiento de la libre competencia le da a esto es "nadar en contra de la corriente", imponer ideas, hacerlas creíbles frente a los otros, para recuperar la condición de "ciudadano". El mérito escalafonario ahí está más relacionado con el hacer creer, que con el de convencer, aunque a primera vista parezcan lo mismo.
Por otro lado, recuerdo haber leído hace tiempo algunos fragmentos del libro Vivir: un juego de insumisión en el que Carmen Pino y Alfonso Arnau plantean lo complejo que puede llegar a ser el intento de restablecimiento de un modelo intersubjetivo de realidad en el que ninguna idea ajena niegue necesariamente al sujeto. Y la justificación es tan sustanciosa, pero a la vez tan compleja (los autores no niegan la deuda que tienen con E. Morin y su idea de "complejidad") que me parece casi imposible poderlo explicar en poco tiempo a gente de buenas o medianas intenciones, sí, pero con una formación basada únicamente en la idea de "competitividad".