Sitio específico - Mercedem Folium

Sitio específico: proyecto personal surgido a partir de un residencia artística en el barrio de la Merced, Casa Talavera. (Algunos de estos resultados han sido producto de largas discusiones con los otros dos residentes; Paola Cabrera y Jorge Villanueva)

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Nombre: César Cortés
Ubicación: Mexico

11.13.2006

Pieza articulación

Luego de muchos intentos y de revisar distintos ejemplos, llego a esta pieza. Es, quizá, la más barata, porque no se requiere la intervención de un herrero y se realiza con el mismo material usado para los puestos ambulantes.
Se logra con ella un movimiento circular casi entero. Lo que lo soluciona es la unión interior realizada con perfil tubular de 1 pulgada, que articula dos partes distintas de tubo de 1 1/4 pulgadas. En lugar de fijar el movimiento en un sólo eje, el apoyo se descentra para ubicarse en dos puntos distintos. Esa es la lógica del gozne deleuziano; la forma de lo determinable -dice- hace que el Mí mismo determinado se represente la determinación como un Otro. En pocas palabras, la locura del sujeto corresponde al tiempo fuera de sus goznes. Es como una doble desviación del Yo y del Mí mismo en el tiempo, que los refiere uno a otro, los cose uno a otro. Es el hilo del tiempo.

Este doble gozne soluciona un problema de tiempo en el espacio, presente en la naturaleza por medio de una materia blanda o cartilaginosa; ligamentos animales. En este caso no es la pieza A ni la pieza B la que recupera el sentido de movilidad de una materia rígida como el metal, sino una tercera pieza (C) que simula la flexibilidad. La locura del Yo y del Mi mismo que, según Deleuze, Kant soluciona en una modulación, en un puenteo entre el concepto y el objeto que éste representa.

Pienso que este doble gozne posibilita la movilidad de la idea -en este caso la pieza conceptual de tubos que van a todos lados y a ninguno- y las posibilidades de sostén del objeto concreto en el piso -en la tierra y, por lo tanto, en la practicidad- mediante los apoyos que le soportan.
Para Kant (...) el Yo no es un concepto, sino la representación que va pareja a todo concepto; y el Mí mismo no es un objeto, sino aquello a lo que todos los objetos se refieren como la variación continua de sus propios estados sucesivos, y la modulación infinita de sus grados en el instante. (Crítica y clínica. Gilles Deleuze)