Sitio específico - Mercedem Folium

Sitio específico: proyecto personal surgido a partir de un residencia artística en el barrio de la Merced, Casa Talavera. (Algunos de estos resultados han sido producto de largas discusiones con los otros dos residentes; Paola Cabrera y Jorge Villanueva)

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Nombre: César Cortés
Ubicación: Mexico

11.06.2006

Grupos III

a. O quizá los grupos de artistas tengan sentido como añoranza de las comunidades verdaderas que hemos perdido. Claro; podemos estar juntos. Luego así hacer cosas. Podemos incluso decir que sentimos algo por los otros. Convencer a los demás de que nos solidarizamos con su dolor o nos regocijamos con su gusto (una cosa similar, aunque a la inversa, es negarle al otro la entrada al grupo, lo que no hace sino apuntalar su existencia; incluírlo, por lo menos en el discurso, por medio del rechazo; el problema de las fronteras). Mil y un gestos de connivencia. Sin embargo, aquella soledad entrevista en nuestros primeros años de infancia no se irá nunca. La gran duda es si eso fue así siempre o si el bien común alguna vez fue otra cosa que mera estrategia sentimentalista para adquirir comida y cobijo. Será, acaso, que Hesiodo tiene razón cuando dice en Los trabajos y los días que la amistad es mera estrategia para delimitar los territorios; tu vecino deberá ser tratado como amigo, de lo contrario no vale la pena tomarse la molestia. O no; la comunidad era eso que renunciaba al Yo incluso en el lenguaje, para nombrar un sí mismo tan sólo a través del Nosotros. El cuerpo no era límite ni era posible hablar de sujeto entre los Mayas, si no hablabas de lo colectivo.

La razón positivista sigue señalando con crudeza -y habrá que aceptar dolorosamente que no sin cierta razón- que son las clases altas las que mejor se organizan. Como es posible ahí creer en el bien por medio de algo concreto como el poder económico, no hay duda de hacia dónde deben ir todos. Por ello se trata de comunidades regladas al extremo; cualquier gesto disidente, cualquier falla en el modelo que se usa para representar status es severamente criticada. Las clases medias, en menor medida, siguen el mismo modelo sólo que menos rígidamente. Por ejemplo, entre las clases semi-ilustradas (es decir; quienes han ido a la universidad) la idea de los estudios y el nivel académico suele suplir las carencias monetarias introduciendo una escala de valores basada en el status por medio del conocimiento (o los grados que demuestran que se posee).

b. Una comunidad artística puede tender al fracaso a causa de lo permeable de sus objetivos; todo cabe como propuesta, al fin y al cabo, gracias a que la mirada está puesta en salvaguardar el Ego del creador en medio de la especulación de la obra en el mercado y de las presiones de la institución. Cualquier intervención que ponga en duda esa supuesta supremacía es rápidamente acallada. Y si se da el raro caso de que la pieza adquiera un valor totémico en el grupo, algo que más allá de la conveniencia de la ubicación en la comunidad externa a éste, se convierta en el emblema que represente a la colectividad, un otro yo externo al deseo individual y que sin embargo es aceptado por cada uno de los miembros, la Historia del Arte nos recuerda de inmediato que el tiempo se acaba: los talones del creador son pisados para que éste proponga cosas nuevas que reciclen lo que en el mercado se vuelve caduco a los dos meses.

Por eso veo valor en el trabajo colectivo de los creadores sólo en el caso de que lo que se coloque en el centro de la discusión no sea el arte, sino la recuperación de sentido. De lo contrario la simulación se reproduce colectivamente en eso que Baudrillard llama la fabricación profusa de imágenes donde no hay nada qué ver.